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Y se fue otro….. ¿Quién sigue?
Como decía uno: “la cosa está que arde por aquellos lugares”. Sin duda que tal es la impresión que el mundo tiene sobre una lista de regímenes africanos y del Medio Oriente. Primero Ben Alí, ahora Hosni Mubarak.
Para quienes somos observadores lejanos, Mubarak era todo un personaje, un excelente interlocutor entre el mundo árabe e Israel. Muchas reuniones presidió con estos fines en tierras egipcias. Después de todo, da la impresión que se confiaba en él.
Tal vez fue esta faceta del exgobernante egipcio la que hizo que tuviera aliados en el mundo entero. Eso parece, al menos, que sucedía con la Unión Europea y Estados Unidos. Pero, claro, bien dicen que la procesión va por dentro.
Una vez más se cumple el dicho: el poder corrompe y si es por mucho tiempo y absoluto, corrompe absolutamente. En el mundo del internet, de las redes sociales, de las comunicaciones al instante, de la telefonía móvil, la gente ya no se come el cuento del gobernante bondadoso que se sacrifica por su país y por eso decide luchar hasta que la muerte o los achaques se lo impidan… porque resulta que no hay otro mejor…
La democracia no es la panacea, pero es la forma menos mala de gobernar, de poder convivir entre humanos, de respetarnos personal e ideológicamente hablando. La alternabilidad en el mando proporciona la oportunidad para que nuevas figuras, nuevos partidos, nuevas personas puedan plasmar sus buenas o equivocadas ideas de gobierno. El tiempo y las actitudes se encargan de hacer reflexionar a la gente sobre su elección.
Pero digo yo que alguna dulzura especial tienen que sentir estos gobernantes cuando les cuesta tanto dejar el puesto y prefieren ver a sus pueblos reclamando en las calles, corriendo sangre, pisoteando los derechos de las personas…
Y al fin, ya se sabe: los años, la corrupción, el poder, el abuso, la indecencia, los compadrazgos, los aduladores….permiten que el gobernante se llene de ambición y dinero. ¡Qué fácil es hacerse rico desde esos puestos! Hasta se puede pagar un millón de dólares a una artista por interpretar cuatro canciones que al hijo del jefe le encantan.
¿Y quién será el siguiente? Por aquellas latitudes quedan mandatarios que llevan muchos, muchos años haciendo de salvadores del pueblo, enriqueciéndose descaradamente y dando, ante el mundo, ostentación de poder, de riqueza, espectáculos de risa, que avergüenzan a cualquier persona sensata. Basta observar al presidente de Libia.
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Lástima que, mientras tanto, mucha gente tenga que sufrir la influencia del abuso y del poder. A mirarse al espejo una vez más, aprendices de emperador de nuestro mundo americano. Por aquí tenemos alguno que los quiere emular y luego de doce años de manipular a su pueblo, teniendo en sus manos el chorro de dólares que le proporciona el petróleo…todavía no soluciona nada o casi nada.
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