El poder corrompe; el poder absoluto corrompe absolutamente.
Hace tan sólo unos días, volvía a casa el político y diplomático Javier Solana, dejando atrás muchos años de un positivo trabajo al frente de la diplomacia de la Unión Europea. En el reportaje de Informe Semanal que emite TVE, afirmaba e insistía en la idea de que más de diez años no es conveniente que un funcionario siga en un puesto de gran responsabilidad.
Estas palabras me llevan de la mano a reflexionar sobre algunos mandatarios de nuestro continente Sudamericano que, por lo visto, se empiezan a considerar indispensables al frente de los destinos de sus pueblos. Diez años, para ellos, es poco tiempo; hay que arreglar la Constitución para que su mandato sea indefinido, hasta que se mueran. Sí, porque, en palabras de uno de ellos, nadie puede sustituirle.
En este momento “los indispensables”, así se creen ellos, tienen nombre y apellidos.
El gobernante de Venezuela, el histriónico coronel y presidente, llegó al poder gracias al golpe de Estado que él dirigió. Cuenten los años que lleva gobernando. Ha ganado el resto de elecciones, pero nadie se preocupa, en la UE, por ejemplo, de cómo han sido realizadas, especialmente cómo ha sido la campaña electoral en relación a igualdad de oportunidades para los diferentes candidatos. Ya encontró la manera para poder ser reelegido y está buscando la forma de perpetuarse en el poder…. porque “sin mí, nada podéis hacer” con perdón…
El señor Evo Morales prometió en su primer triunfo, que no aceptaría la reelección. Sin embargo, ya le picó el gusanito que tanta alegría genera en algunos mandatarios y, haciendo una huelguita de hambre, al estilo de los políticos adolescentes, logró que “su Asamblea Legislativa” (suya porque la mayoría aplasta) le cambiara la Constitución que ellos mismos hicieron, para poderse presentar de nuevo en período seguido. Ahora, que ya ganó por mayoría, afirma que este va a ser su primer mandato con la nueva Constitución. Lo que en buenas palabras significa que cinco que ya gobernó (pero que no cuentan para el caso porque se hizo con la antigua, se sumarán a los cinco que inicia y que puede repetir porque la Constitución se lo permite. Total 15 años. (¿Qué dirá Javier Solana?)
El joven y arrogante mandatario de Ecuador, parece ir por el mismo camino. Gobernó dos años e inició de nuevo con la nueva Constitución. El presente periodo dura cuatro años; suponiendo que se presente de nuevo a la reelección y gane, serían 10 años seguidos. Pero nadie puede asegurar en estos momentos y circunstancias que “su Asamblea” (sobre la que manda y ordena) no pueda reformar la Constitución para que el ilustre economista se perpetúe en el poder.
En Nicaragua se termina el período para Daniel Ortega. Según la Constitución está vedada la reelección inmediata. Únicamente el poder Legislativo puede hacer reformas a la Ley Suprema. Se decía que, para continuar en el mando, iría de candidata su esposa. Pero por si acaso ya lo arreglaron mucho mejor y seguro. La Corte de Justicia, que en Nicaragua no tiene esas atribuciones, consideró que el artículo de la Constitución que prohíbe la reelección inmediata, es inaplicable. Resuelto el asunto. Habrá Ortega para muchos años…
En Argentina sucedió más o menos lo mismo. Me voy y dejo a mi esposa en el sillón, pero sigo gobernando yo… Además, si hace falta dinero para convencer a la gente en la campaña, pues ahí están los petrodólares de “nuestro incondicional amigo y protector Chávez”
La misma jugarreta quiso hacer “el del sombrero” en Honduras. Sigo sin entender cuál es el criterio que se maneja en algunos gobiernos para dar por bueno o malo lo acontecido en algunos países. ¿Estarías de acuerdo que un gobernante por sí y sin escuchar lo sensato de una Constitución que prohíbe toda reelección de presidente, organice, contra todo y contra todos (entiéndase Organismos del Estado), una consulta popular a destiempo, fuera de lo previsto y aprobado, con la intención, sólo intención… (él la llamó “encuesta”) de auscultar sobre una posible urna en las elecciones de noviembre donde depositar el sí o el no para una Constituyente? Pero si no lo sabes, te lo cuento: urnas y papeletas de votación fueron hechas fuera del país, regaladas mejor, por el patrocinador del desaguisado: Chávez. ¿No es un ejemplo de burda y descarada injerencia en un país que no es el suyo?
Realmente da pena leer las declaraciones de algunos importantes políticos españoles como el señor Moratinos al referirse a las elecciones en Honduras en donde el pueblo gritó con su participación, que lo que quería era paz, libertad y trabajo. ¿Qué les interesa más a los que todavía ignoran los resultados y el ambiente en que se hizo la elección, el pueblo o el “del sombrero? ¿Quién sufrirá si continúa la idea de los de Mercosur, del Alba y de algunos talibanes europeos de imponer sanciones a Honduras, el pueblo o el gobernante? Francamente da pena.
Hace tan sólo unos días, volvía a casa el político y diplomático Javier Solana, dejando atrás muchos años de un positivo trabajo al frente de la diplomacia de la Unión Europea. En el reportaje de Informe Semanal que emite TVE, afirmaba e insistía en la idea de que más de diez años no es conveniente que un funcionario siga en un puesto de gran responsabilidad.
Estas palabras me llevan de la mano a reflexionar sobre algunos mandatarios de nuestro continente Sudamericano que, por lo visto, se empiezan a considerar indispensables al frente de los destinos de sus pueblos. Diez años, para ellos, es poco tiempo; hay que arreglar la Constitución para que su mandato sea indefinido, hasta que se mueran. Sí, porque, en palabras de uno de ellos, nadie puede sustituirle.
En este momento “los indispensables”, así se creen ellos, tienen nombre y apellidos.
El gobernante de Venezuela, el histriónico coronel y presidente, llegó al poder gracias al golpe de Estado que él dirigió. Cuenten los años que lleva gobernando. Ha ganado el resto de elecciones, pero nadie se preocupa, en la UE, por ejemplo, de cómo han sido realizadas, especialmente cómo ha sido la campaña electoral en relación a igualdad de oportunidades para los diferentes candidatos. Ya encontró la manera para poder ser reelegido y está buscando la forma de perpetuarse en el poder…. porque “sin mí, nada podéis hacer” con perdón…
El señor Evo Morales prometió en su primer triunfo, que no aceptaría la reelección. Sin embargo, ya le picó el gusanito que tanta alegría genera en algunos mandatarios y, haciendo una huelguita de hambre, al estilo de los políticos adolescentes, logró que “su Asamblea Legislativa” (suya porque la mayoría aplasta) le cambiara la Constitución que ellos mismos hicieron, para poderse presentar de nuevo en período seguido. Ahora, que ya ganó por mayoría, afirma que este va a ser su primer mandato con la nueva Constitución. Lo que en buenas palabras significa que cinco que ya gobernó (pero que no cuentan para el caso porque se hizo con la antigua, se sumarán a los cinco que inicia y que puede repetir porque la Constitución se lo permite. Total 15 años. (¿Qué dirá Javier Solana?)
El joven y arrogante mandatario de Ecuador, parece ir por el mismo camino. Gobernó dos años e inició de nuevo con la nueva Constitución. El presente periodo dura cuatro años; suponiendo que se presente de nuevo a la reelección y gane, serían 10 años seguidos. Pero nadie puede asegurar en estos momentos y circunstancias que “su Asamblea” (sobre la que manda y ordena) no pueda reformar la Constitución para que el ilustre economista se perpetúe en el poder.
En Nicaragua se termina el período para Daniel Ortega. Según la Constitución está vedada la reelección inmediata. Únicamente el poder Legislativo puede hacer reformas a la Ley Suprema. Se decía que, para continuar en el mando, iría de candidata su esposa. Pero por si acaso ya lo arreglaron mucho mejor y seguro. La Corte de Justicia, que en Nicaragua no tiene esas atribuciones, consideró que el artículo de la Constitución que prohíbe la reelección inmediata, es inaplicable. Resuelto el asunto. Habrá Ortega para muchos años…
En Argentina sucedió más o menos lo mismo. Me voy y dejo a mi esposa en el sillón, pero sigo gobernando yo… Además, si hace falta dinero para convencer a la gente en la campaña, pues ahí están los petrodólares de “nuestro incondicional amigo y protector Chávez”
La misma jugarreta quiso hacer “el del sombrero” en Honduras. Sigo sin entender cuál es el criterio que se maneja en algunos gobiernos para dar por bueno o malo lo acontecido en algunos países. ¿Estarías de acuerdo que un gobernante por sí y sin escuchar lo sensato de una Constitución que prohíbe toda reelección de presidente, organice, contra todo y contra todos (entiéndase Organismos del Estado), una consulta popular a destiempo, fuera de lo previsto y aprobado, con la intención, sólo intención… (él la llamó “encuesta”) de auscultar sobre una posible urna en las elecciones de noviembre donde depositar el sí o el no para una Constituyente? Pero si no lo sabes, te lo cuento: urnas y papeletas de votación fueron hechas fuera del país, regaladas mejor, por el patrocinador del desaguisado: Chávez. ¿No es un ejemplo de burda y descarada injerencia en un país que no es el suyo?
Realmente da pena leer las declaraciones de algunos importantes políticos españoles como el señor Moratinos al referirse a las elecciones en Honduras en donde el pueblo gritó con su participación, que lo que quería era paz, libertad y trabajo. ¿Qué les interesa más a los que todavía ignoran los resultados y el ambiente en que se hizo la elección, el pueblo o el “del sombrero? ¿Quién sufrirá si continúa la idea de los de Mercosur, del Alba y de algunos talibanes europeos de imponer sanciones a Honduras, el pueblo o el gobernante? Francamente da pena.
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